Gracias a sus enseñanzas y a las de su mujer, Ana, otro socio y yo fundamos la primera empresa española de Outsourcing Comercial. En esos tiempos ni se conocía esa palabra en España. Después tuve empresas y negocios en campos dispares y fui directivo de una multinacional. Me enriquecí y me arruiné varias veces, pero nunca me ha abandonado el espíritu emprendedor y nunca he perdido la sonrisa. Eso le debo a Emilio Montaraz y a Ana Barros. Hoy, Les admiro mucho más, si cabe, que hace 31 años. Os quiero.
“Quiero que a cada niña pequeña a la que se le ha dicho que es mandona se le vuelva a decir que tiene habilidades de liderazgo”.
Mar Mar 7 , 2023